jueves, 26 de abril de 2012
Presentación
Después de casi dos años de duro trabajo terminé mi primera novela, El trapero del tiempo.No voy a hablar aquí mucho de eso, porque realmente, tras la última corrección que hice con ayuda de mi hermano y el escritor Justo Navarro, solo tenía ganas de deshacerme del texto, mandarlo a las editoriales y empezar a escribir otro. Se trata de otro asunto, un nuevo proyecto.
No soy un experto en Literatura, ni sé muy bien por dónde van las novedades editoriales. Solo soy un lector voraz, que rara vez toca en sus lecturas el siglo XXI y que pretende, con una mezcla de lo leído y lo vivído, contar cosas.
No me interesan demasiado los asuntos de la crítica ni los debates sobre narrativa, ni sé cual es el futuro de la novela; no me importa mucho, la verdad. Es más, de hecho no sé todavía si esto, las 500 páginas que he escrito, lo he hecho bien y le interesa a alguien. En ello estoy. Esperando. De lo que sí estoy seguro es de que yo concibo una novela como un trabajo lento, meticuloso y harto complejo, al que hay que echarle horas y horas, tras haber leído mucho, si uno quiere contar decentemente una historia. Para que cuadren los personajes, las tramas y los lugares; y, si es posible, que las situaciones sean creíbles, entretenidas y con un mínimo interés. Para ello, para la segunda de las novelas que he empezado hace un par de meses, llevo ya unos cuantos libros leídos como documentación básica: uno de ellos adquirido hace poco en la Cuesta de Moyano de Madrid, una tercera edición de lujo de 1854, sobre el que no quiero adelantar más. Hay también en mi mesa organigramas policiales con sus múltiples brigadas, una biografía sobre Rafael Sanzio y, a ratos, cuando puedo, hojeo un manual sobre el Renacimiento y algunos asesinatos que ocurrieron bajo un importante papado. Aún así,el grueso de la novela transcurre en Málaga, en la actualidad, y pivota sobre tres personajes principales: el profesor de Historia Ignacio Herreros, el sacerdote Sebastián Santamaría y la atractiva inspectora de homicidios Ana Zuloaga.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario