sábado, 28 de abril de 2012

Céline y 'Los de dentro'

El otro día pensaba en cual fue el detonante de que empezase a escribir. Lo cierto es que me hizo mucha ilusión encontrarme un texto, dentro de una vieja carpeta, que debí escribir con diez o doce años. Eran dos folios amarillentos, con muchas faltas de ortografía y a máquina de escribir- imagino que una Olivetti que rondaba por la casa y que mi padre ya no utilizaba desde hacía años- pero que, leídos veinte años más tarde, no me sonrojaron del todo. Pero creo estar seguro de que fue la lectura de Viaje al fin de la noche, de L.f. Céline, hará unos dos o tres años, lo que me hizo empezar a darle a la tecla. No porque el libro me apasionase, que lo hizo, sino porque el goce que me produjo la novela me hizo investigar quienes eran en realidad los escritores, y me llevé una grata sorpresa. Supe que Céline, además de un cabronazo filonazi, era médico, un médico más o menos normal que escribía a ratos libres maravillas como aquella novela autobiográfica. Y luego supe de muchos más que no nacieron con la pluma en la mano: Pérez-Reverte, Conrad, Carpentier, Conan Doyle y un infinito etcétera, casualmente los que más me entusiasmaban con su narrativa, en la que se entreveían muchas experiencias personales. Luego no había que ser un profesional de la escritura desde la infancia (caso, por ejemplo de dos grandes como Marías y Vargas LLosa) para escribir novelas. Y eso me entusiasmó. Hoy, otro de los que considero uno de los grandes, escribe sobre algo parecido, diferenciando entre los que están dentro de ese mundo literario aparentemente blindado, y los que aún seguimos fuera en nuestras profesiones. Esperando con ilusión entrar en él, con la venia de quien sea. Artículo Babelia: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/25/actualidad/1335351937_603831.html

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